domingo, 28 de noviembre de 2010

del más allá




Hoy me he atrevido a entrar de nuevo en la habitación de mi madre, quería seguir estudiando sus cartas para resolver el misterio de las alemanas pero las cartas no estaban donde las dejé. Y no sólo eso, la cama estaba deshecha y sobre la almohada he encontrado pelos largos y blancos. Sobre la cómoda había una bata suya, unas medias, una faja y unas bragas. He notado su presencia y se me han erizado los pelos de la nuca, como si hubiera alguien detrás de mi. He salido corriendo y he cerrado la puerta. Estoy pensando en irme a dormir a un hotel. No debería tener miedo, si el espíritu de mi madre vaga por la casa debería alegrarme, yo la quería mucho y ella a mi también, aunque tal vez le ha molestado algo de lo que hecho y por eso ha vuelto. Tal vez ha sido por hurgar en sus cartas, o por algo de lo que he dicho en este blog.
Mamá, si lees este blog que sepas que lo siento y que voy a olvidar el asunto de las cartas. Puedes descansar en paz.

1 comentario:

  1. Genial la frase dedicada a su madre. Quiero leer más Sr. Escritor, así que a la faena.

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