sábado, 6 de noviembre de 2010

Las cartas de mi madre

El sábado terminé de vaciar la habitación de mi madre. Encontré una caja de zapatos con cartas (no me extrañó, en las películas siempre pasa) y pasé el día leyéndolas. Me las llevé a mi habitación y eché el pestillo. No es que crea en espíritus ni nada de eso, pero todavía noto su presencia en la casa, y no me sentiría cómodo si se me apareciera mientras hurgo en sus secretos. Y cuanto más leía más aumentaba mi temor.
Mi madre emigró junto con mis abuelos tras la guerra. Fueron a Alemania, y allí trabajaron en una fábrica de helados. Cuando ahorraron un dinero y las cosas estuvieron más tranquilas se volvieron. Muchas de las cartas son en alemán, las leeré más adelante, cuando aprenda. Unas pocas, pero las más largas, son en castellano. Las cartas son de otra española que encontró allí marido y ya no volvió. Son bastante explícitas en alguno puntos y parecen indicar que mi madre y ella eran muy amigas y hacían muchas cosas juntas. ¡Dios! Solo de pensarlo... no consigo quitármelo de la cabeza. La de traumas que Freud podría sacar de este asunto. Quiero pensar que todo es un malentendido de mi mente enferma, y que cuando consiga traducir el resto de las cartas todo se aclarará. Tengo que ponerme las pilas y aprender alemán cuanto antes.

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