viernes, 24 de diciembre de 2010

la tarjeta del Consum


Anoche dormí con mascarilla, la rocié de ambientador de lavanda y funcionó bastante bien. Compré un mp3 y me duermo escuchando las tertulias deportivas, aún así oigo los golpes de mi madre, pero impresionan menos confundidas entre los gritos de los periodistas.
Hoy teníamos fiesta en el trabajo, así que me he bajado al bar con el correo acumulado y he pasado la mañana oliendo a aceite refrito. Se me ha pegado tan fuerte que ya no huelo a carne podrida y voy más tranquilo por la calle.
He visto que este mes se ha pasado mi tarjeta de Consum por compras por un valor dos mil trescientos veinte euros, con lo que me corresponde un cheque regalo de siete euros. No acabo de entender a quién le puede interesar quedarse mi tarjeta y pasarla cuando compra, ni quien es capaz de comprar tanto en un Consum. Pero bueno, los siete eurillos no me los quita nadie.
He pasado la mañana de parque en parque, la tarde de bar en bar, y cuando han empezado a cerrarlo todo me he ido aun “chino” y a celebrar mi cena de Nochebuena. En noches como la de hoy se agradece que no se respeten los derechos de los trabajadores.
¡Feliz Navidad!

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